Pequeñas respuestas y abismales preguntas
Sábado 1 de marzo de 2025
Intentar poder lo posible y asentir humildemente a lo que no está en nosotros poder.
De eso se trata la adultez.
Porque somos potentes en aquello que está en nosotros poder. Y somos impotentes (bellamente impotentes diría) en aquello que nos excede.
Porque creer que nada del timón está en nuestras manos es no asumir nuestra propia responsabilidad y entonces corremos el riesgo de ser sólo espectadores del daño (hacia nosotros o hacia aquellos a quienes amamos y a quienes nos corresponde cuidar). Y porque creer que sólo nosotros tenemos el mando es ser soberbios, creernos más que aquello que nos ha hecho y que nos hace estar aquí y entonces corremos el riesgo de enloquecer buscando soluciones que no están en nosotros.
Qué difícil esa línea
¿Qué depende y que no depende de mí?
¿Cuál es en realidad nuestro terreno, nuestra área de decisión? ¿Y cuál aquella en la que necesitamos soltar y confiar?
¿Cuándo asumir y decidir la respuesta? ¿Y cuándo escuchar al otro, a la Vida?
Somos humanos
Tenemos siempre una dimensión menos que la Vida que nos contiene
Somos también la pregunta abierta
Tenemos nuestras pequeñas respuestas. Y nuestras abismales preguntas.
Y quizá es allí, en ese juego, en ese habilitarnos las pequeñas respuestas entendiendo que están dentro de las abismales preguntas donde nos hacemos un poco más porosos, un poco más blandos, un poco más abiertos
Un poco más nosotros mismos
Un poco más humanos