"No te rindas"
Sábado 5 de julio de 2025
Lo grande tiene eso, no se agota. La respuesta abre a otra pregunta, a otro pliegue.
En el arte ocurre exactamente eso.
Ayer me puse a leer por vez número infinita poemas de Borges, algunos de los cuales me entran como una daga. Me quedé con el poema "Para una versión del I King", extraño (no) título que nada dice acerca de lo que vendrá.
Como cada vez que lo leo y aunque ya estaba preparado, algo me entró sin que pudiera atajarlo y quedé retumbando en mí mismo, como quien canta una melodía ya conocida y que, a la vez, esconde alguna profundidad aún virgen.
Me pasa eso también con otras artes. Un Bach (por supuesto), Brahms o Beethoven. Una película o (quizá más aún) una actuación (Meryl Streep en La decisión de Sophie, Al Pacino en la saga de El Padrino, Tom Hanks en Forrest Gump), un libro (Rayuela, Nunca me abandones, poemas de Hugo Mujica). Las propias mitologías y altares que todos vamos armando; las honduras de otros puestas en el arte que nos llevan hacia nuestras propias honduras.
Ayer, mientras leía "Para una versión del I King" volví a pensar qué era lo que tenía este poema que me llevaba hacia aquella zona tan mía y a la vez, tan inexplorada. Y pensé que Borges plantea una manera de pensar el tiempo y la vida en donde todo está ya casi "decidido" de antemano, salvo en "las grietas". Y que eso era para mí ya bastante conmovedor. Sin embargo, como algo de mi conmoción no se gastaba, comencé a dar vueltas y entonces (me) abrí otra capa del poema o de mi lectura del poema (lo cual es lo mismo). Y es que nuestro querido Borges no sólo nos habla del tiempo sino también de cualquier cosa que nos encierre, nos aprisione, nos apriete incesantemente, nos determine, decida, exprima.
Y entonces pensé no sólo en el porvenir sino también en maneras de ver la vida, en mi madre, en mi adolescencia, en los caminos que creemos propios y que son de otros, en obsesiones, en certezas… En otra etapa de mi vida en la que estaba totalmente seguro de mis elecciones y en como éstas estaban elegidas de antemano.
Y también pensé en el "no te rindas"
Y en la lucha que necesitamos tener tantas veces para ser quienes somos
Luchas contra otros, sí. Pero sobre todo con alguna parte propia que nos impulsa hacia nuestro propio exilio.
Allá voy, un pasito más. Con esa mirada blanda, amplia y húmeda que me aparece cuando algo me toca allá en lo profundo y agradecido a los Borges que, hablando de sí mismos, también hablan de nosotros.
El porvenir es tan irrevocable
como el rígido ayer. No hay una cosa
que no sea una letra silenciosa
de la eterna escritura indescifrable
cuyo libro es el tiempo. Quien se aleja
de su casa ya ha vuelto. Nuestra vida
es la senda futura y recorrida.
Nada nos dice adiós. Nada nos deja.
No te rindas. La ergástula es oscura,
la firme trama es de incesante hierro,
pero en algún recodo de tu encierro
puede haber un descuido, una hendidura.
El camino es fatal como la flecha
pero en las grietas está Dios, que acecha.