¿Qué es lo que es?

Sábado 7 de junio de 2025

Me gusta pensar en las personas que me dejaron huella.

Los grandes maestros (Maestros), sí, pero también los otros. Los que no llegaron a ser constitutivos para mí, pero que me impactaron, me dejaron recalculando, me tocaron allí adentro, donde ni siquiera sabía que estaba.

El otro día me acordé del Dr. Corti.

Ustedes me dirán ¿quién es el Dr. Corti?

Fue un profesor que tuve durante sólo un año en la Facultad de Filosofía, en la Universidad del Salvador. Tenía unos 40 años. La materia era Introducción a la Filosofía y quizá, en una de las etapas más oscuras de mi vida, esa materia era una lamparita que se encendía los jueves y que dejaba una pequeña estela durante toda la semana, hasta que finalmente llegaba el jueves siguiente.

Eran mis 23 o 24 años y estaba perdido. La música ya no alcanzaba para tapar mi angustia, la psicología aún era una palabra familiarmente prohibida, el amor no sucedía y el que había sucedido había sido devastador y la filosofía había emergido en mí como algo que me interesaba mucho pero que, sobre todo (por supuesto, esto lo supe mucho después), era lo más que podía acercarme a mi interés por lo humano y por la psicología, que recién pude permitirme casi 10 años más tarde.

En este contexto de deambular por la ciudad y quedarme horas en cualquier café sólo para no volver a casa, las clases de filosofía eran siempre un poco de aire, un poco de otra cosa.

Todas las clases me gustaban, pero Introducción a la Filosofía era otra cosa.

En la primera clase de Introducción a la Filosofía, el Dr. Corti entró, apurado como siempre, dejó sus cosas en el escritorio y dijo: "Buenas tardes, esto es Introducción a la Filosofía, y toda la materia va a rondar sobre una sola pregunta. La pregunta es ¿qué es lo que es?"

Lo que siguió a esa pregunta fue un año extraordinario y maravilloso de pensar las diferentes respuestas que a esta pregunta dieron las distintas escuelas filosóficas. Pero fundamentalmente, un año maravilloso en el que descubrí fascinado cómo yo pensaba y cómo no me había dado cuenta que yo pensaba.

Con su pasión por el pensar, el Dr. Corti me enseñó a pensar y a pensarme, a ver esquemas básicos que podían resumir siglos de pensamiento en una o dos preguntas, en una o dos cuestiones. Su poder de síntesis, su capacidad para ir a lo último (o lo primero), su abstracción que encontraba unidad en la diferencia, su pasión… su pasión… me conmovieron aunque no me dí cuenta. Y me tocaron también en mi pasión. Aunque no me dí cuenta.

Recuerdo que ya entrado el año propuso un trabajo sobre Funes el memorioso, de Borges y yo lo hice, como siempre muy aplicadamente. Se lo entregué, orgulloso de mí mismo. Cuando a la clase siguiente comentó su parecer sobre los trabajos llegó al mío y dijo: "Sí. Está bien. Pero… no puedo decirte nada, está bien… per es como si no estuvieras vos ahí"

Su respuesta y esta diferencia entre el "está bien" y el "vos no estás ahí" me impactó.

Él no lo sabía, pero no hablaba sólo del trabajo sobre Borges. Hablaba de muchas cosas de ese momento de mi vida.

Esta semana me acordé del Dr. Corti, lo busqué en las redes y encontré unas clases de él en YouTube, las escuché con la mirada blanda, amplia y húmeda que siempre proponía mi instructora de yoga y que sólo se da cuando estamos mirando hondo y adentro.

Él ya no tiene 40 años, yo tampoco tengo 24.

Probablemente él no se acuerde de mí. Yo lo abrazaría si lo encontrara en la calle.

Quizá lo busque y lo abrace. Es lo que uno se debe (y le debe) a quienes le han dejado huella.